Wilson Salazar B.
Asistente Programación y Control
Asistente Informática
SDI-IMA Calama
Hace un año, paseaba por el Barrio de Núñez en Buenos Aire, luego de ir al Estadio Monumental de River Plate a comprar una entrada para el partido entre los locales y El Nacional del Ecuador, válido por la Copa Libertadores de América. Caminaba sin ningún rumbo, y cerca de uno de los innumerables parques me topé, nuevamente, con una feria de libros. No demoré y puse mi curiosidad a recorrer este espacio vital, cuando entre los escombros divisé una compilación de Poesía Soviética Rusa. Interesante se torno al ver una dedicatoria datada en 1966. Más interesante se torno al descubrir una nota que decía: “Nicanor Parra, compilador”. Y, aunque usted no lo crea, se volvió mucho más interesante cuando pregunté por el precio y el libreo balbuceó: 20 pesos. Veinte pesos argentinos, algo así como, 3 lukas quinientos. ¡Qué suerte! Al llegar a Chile revisé, leí, comenté con mis colegas del Taller Aullido.
Pasaron muchos meses, y en la sede del Taller, en una conversación sobre los premios Nobel con mis amigos Samuel Muñoz y Alfonso Carvajal, surgió la inquietud de hacer un recuento de estos, lo que nos llevó a confeccionar una lista. Un par de análisis, como por ejemplo, que de los más de 100 galardones Francia encabeza la lista con 12, luego le sigue Estados Unidos con 10 y Alemania junto con Gran Bretaña ostentan 9 premios. También, que de los países Hispanoamericanos España tiene 5, Chile 2, Guatemala, Colombia y México 1. Y, ¡oh! sorpresa, Sartre no fue el único en rechazar el premio Nobel, en la fila del año 1958 había un nombre: Boris Pasternak y entre paréntesis un “no aceptado”. Curioso, así que recurrimos al mata burros (El Pequeño Larousse), donde habían una pocas líneas dedicadas a este autor.
Un mes después y hurgando las páginas del libro de Poesía Soviética Rusa, volví a encontrar ese nombre. No era casualidad, mi curiosidad creció. Compartiré con ustedes lo que averigüé:
Boris Leonódovich Pasternak, poeta ruso nacido el 10 de febrero de 1890, publicó “EL Gemelo entre las nubes” (1914), “Por encima de las barreras” (1917), “Mi Hermana, la vida” (1922) y “El segundo nacimiento” (1932). Ya que su poesía no se ajustaba a la tendencia establecida por el realismo socialista del Régimen Comunista en la Unión Soviética (en todas partes se cuecen habas), después de 1932 sólo pudo publicar 2 poemarios más, “En trenes de la mañana” (1943) y “La vastedad terrestre” (1945), lo que lo obligó a ganarse la vida realizando excepcionales traducciones de Shakespeare, Goethe y Varleine. En 1958 la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura, Pasternak acepta el premio, pero la maquinaria política e ideológica de la Unión Soviética, encabezada por Mijail Suslov, quien era el cancerbero de la ideología en el Kremlin, algo así como la Santa Inquisición en la Iglesia Católica, lo amenazó con mandarlo al exilio si recibía el premio (en todos lados se cuecen habas). El poeta, amante de su tierra, rechaza el premio -6 años antes que Jean Paúl Sartre- y todo debido a la publicación, en Italia en 1957, de su única novela “Doctor Zhivago”, la cual expuso la cruda realidad del la sociedad rusa en las años de la revolución bolchevique, cosa que era un pecado político. Esta novela fue traducida a 18 idiomas y adaptada al cine, pero sólo en 1987 se publicó en la Unión Soviética. Pasternak muere de cáncer al pulmón en 1960 en algún pueblo cercano a Moscú.
Como reflexión entiendo que el deber del poeta es decir la verdad, cueste lo que cueste. Ahora, ¿Qué es la verdad? este es un dilema milenario y no es deber del poeta dilucidarlo, para eso están las religiones, las filosofías o cualquiera que desee aclararlo. El poeta dice la verdad poéticamente, y en ese ámbito, las palabras cobran un valor diferente al valor etimológico, e incluso a la estructura fonética de la palabra. Así en el poema las palabras cobran un valor superlativo, metafísico, onírico o divino, según la tendencia.
Existen muchos ejemplos de novelistas que primero fueron poetas, por nombrar a algunos, Rivera Letelier, Bolaño, Poe, Bukowski, Alighieri, Víctor Hugo entre muchos. La poesía es una maravilla.
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